martes, 22 de mayo de 2012

MAS SOBRE LA ENSEÑANZA IV


He vuelto unos días a España - esa nación a la que no se puede ir ni para heredar, como decía Vilallonga en la película de Berlanga - y observo que poco ha cambiado en su paisaje y sobre todo en su paisanaje. Esta mañana se me ha ocurrido salir a pasear un poco, y en vez del sol aún apacible, me encuentro una calle con una muchedumbre de jóvenes al parecer enardecidos, con pancartas llenas de consignas (y rarezas gramaticales), una especie de bocinas que causaban como aullidos y constantes aullidos cuyo contenido no era más identificable que el mugir de las bocinas. Al parecer eran estudiantes mise en colère.
         He reparado en que el aire era festivo, lo que me hacía dudar de la gravedad de las imprecaciones y de las inquietudes que debían haber desatado semejante barullo. Luego me he fijado mejor, y como escoltando la manada (muchachas algunas de ellas de sorprendente belleza; chicos con un muy conseguido aspecto de presidiario ruso) había bastantes personas digamos "mayores", supuestamente sus profesores.
         No voy a discutir el por qué alguien sale a la calle a vociferar; supongo que cada cual tendrá sus motivos. Y por lo que veo, lo extraño es que no esté todo el mundo bramando por las aceras.
        Lo que sucede es que, según profesiones o dedicaciones, a sus acusaciones y odios al menos uno trata de encontrarles cierta coherencia. Y eso es lo que dada la naturaleza de los integrantes del la jarana mañanera que me ha tocado presenciar, me resulta extravagante.
Ya que eran - porque dejo aparte al profesorado que si lo fue, fue hace ya tiempo - jóvenes estudiantes, ¿por qué no he visto pancarta y escuchado bufido alguno que tuviera que ver con lo que verdaderamente son sus intereses, que supongo los de toda persona civilizada?.
       Por ejemplo: Ni una alusión a la estafa que supone esa parte, considerable, de un profesorado inculto, incapaz, desinteresado, muchísimas veces tan sólo viles portavoces de las más abyectas, necias y letales ideologías.
      Por ejemplo: Ni una queja sobre las condiciones, con frecuencia lamentables, de sus centros de Enseñanza.
      Por ejemplo: Ni una mención a las pretensiones manipuladoras, a la falsedad rampante en tantos de sus libros de Historia o Literatura; contra la bestial decisión de los gobiernos de convertir sus cerebros en una pasta facilmente moldeable.
      Por ejemplo: Ni una petición de que sus Bibliotecas sean Bibliotecas de verdad donde poder acceder a lo mejor que la inteligencia, la lucidez y el sentido moral del ser humano ha producido desde que se grabó la primera tablillla.
      Por ejemplo: Teniendo en cuenta - es una suposición - que están en esos centros de Enseñanza además de para saber, para prepararse un porvenir lo mejor posible, no los he oído renegar de una Enseñanza pública casi siempre podrida y siempre carísima, y exigir centros privados de reconocida calidad, de los cuales salir a una sociedad que los respete y retribuya como sus méritos merezcan.
      Por ejemplo: Ni una reclamación para que aquellos que quieren estudiar y carecen de medios familiares - y cuando digo estudiar me refiero a superar con altas notas las asignaturas en su tiempo debido; y el que no, a la calle, a buscar otros trabajos -, puedan obtener becas ( por supuesto, privadas) o créditos bancarios en condiciones óptimas.
      Por ejemplo: Ni una condena de esos poderes  que han creado su actual y miserable situación y que los han destinado a un futuro muy incierto, de pobreza, inferioridad y asolamiento mental. Y que por cierto, según me han dicho, van a unirse hoy en Madrid al jolgorio representados por algunas de sus más preclaras seseras.
      Podría  seguir con algunos otros ejemplos del desastre. Creo que con estos basta.
      Y en cuanto a los profesores que marchaban con ellos, he sentido vergüenza ajena y un profundo desprecio.

2 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo en tu exposición de los hechos. Una vez más, te felicito.

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  2. Es que no iba de eso lo que has visto. Iba de la Enseñanza Pública y de la eliminación de puestos de trabajo. No era sobre la calidad de la enseñanza, ni sobre los programas educativos, ni de los contenidos de los libros de texto de la editoriales... No, lo que has visto iba de otra cosa: un sucio manejo más político que nos quiere hacer ver que sobran profesores, funcionarios interinos, si o si, que si no es así no se salva este país de la crisis.

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