martes, 26 de junio de 2012

SOBRE LA PRESENTACIÓN DE "RECONVERSIÓN"

El dolor, la decepción y - ¿por qué no decirlo? - el desprecio que todo español digno pueda sentir por el discurso de nuestra sociedad envilecida por el sometimiento a cuantas bribonadas, traiciones y pillaje han sido la marca de fábrica de los sucesivos gobiernos que nos humillan hace ya mucho, han sentido ayer con alegría el trompetazo de Jericó que significa que ese dolor, esa decepción y su desesperanza salgan de su atroz soledad por obra y gracia de un grupo de hombres libres que encabezan bajo el nombre de RECONVERSIÓN un proyecto con el fin de analizar y esclarecer los males de nuestro momento histórico y proponer soluciones racionales, justas y lúcidas.
En dos días, miles de ciudadanos se han unido a esa aspiración que nos ennoblece, desde Alejo Vidal Quadras a Fernando Savater, Ortega Lara y Rodriguez Braun, el Marqués de Tamarón y Horacio Vázquez Rial, Gustavo Bueno o Guillermo Gortazar, Amando de Miguel, Arcadi Espada, Cesar Alonso de los Ríos, Miguel Buesa … a desconocidos que no han dudado en confirmar con su adhesión - para lo que basta entrar en www.reconversion.es - su deseo de hacer algo para que España salga del maldito agujero en que la ha hundido tanto delincuente institucionalizado y tanto error partidista. Ni que decirlo, yo también estoy en esta lista de quienes amamos la Libertad y la honradez. Y a los que me seguís, os invito a hacer lo mismo. Al menos, intentadlo.

martes, 19 de junio de 2012

SOBRE LA RELIGION


Hace ya mucho tiempo - una linea de demarcación podría ser la nefasta (por el desarrollo de su discurso) Revolución Francesa que el odio - sí, el odio - a la Religión ha impregnado el alma de Europa. Claro está que al ser Europa un cuerpo incomprensible sin saber lo que el Catolicismo ha consolidado en su carne, el producto de esa ignorancia tan bien y tan obstinadamente contagiada por nuestra " intelligensia" y los diversos sistemas de Enseñanza, hace coherente que tanto necio inculto proclame hoy en día su negación de esa herencia excelente. No es raro que no se manifieste con tal virulencia la injuria a otras formas de adoración del Gran Misterio: ni la cobardía de los detractores ni la lejanía de esas otras creencias a lo que somos, lo permite.
Yo no soy creyente. Nunca me he atrevido a imaginar si afortunada o desdichadamente. Pero, bautizado en la Fe de Cristo, ni siquiera de niño fue mía esa fe de mis mayores, sino que siempre me he sentido llamado por otras formas de vivir y ordenar mi vida. Soy un agnóstico para quien tan impenetrable resulta esa consoladora certidumbre como la sensación de que "aquí se acaba todo", aunque me incline más por esta ultima desolación. La cantidad de testimonios que he recibido de la bondad, caridad, ayuda a nuestros semejantes, asícomo de las inmensas aportaciones al Arte, la Literatura, las Libertades individuales frente al Poder, el Derecho, la templanza, derivadas del Catolicismo; la grandeza de su consuelo para tantas desventuras en quienes creen en sus principios... todo eso no ha logrado en los sesenta años que me separan de aquel niño ya descreído que yo fui, que vibre en mi espíritu una palpitación de ese credo.
Pero lo que sí he sentido desde siempre - y en crescendo - es un respeto absoluto por lo que esas convicciones, amasadas con lo que somos desde Grecia y Roma, ha sido capaz de crear: nuestra Civilización.
Escuché una vez, de boca de mi muy querido amigo Roberto Ferruzzi, mientras disfrutábamos de un agradable Prosecco bien frío en un bar cerca de Sta. Eufemia, una historia que me parece retrata muy bien lo que religiosamente soy: Allá por 1700 y muchos, estaban celebrando la misa en San Marco, y junto a un extranjero, visitante, creo recordar que inglés, estaba
un senador veneciano. En el momento de Alzar, todos se arrodillaron menos aquel extranjero. El senador le indicó: "Por favor, le agradecería que se arrodillase". El inglés le contestó: "Yo no creo en la Transubstanciación". "Yo tampoco - dijo el senador -, pero arrodíllese".

domingo, 17 de junio de 2012

SOBRE LA GANGRENA ESPAÑOLA


Anoche, celebrando su cumpleaños con un buen amigo, José Aguilera, me preguntó: ¿Por qué no has seguido con el blog?
Le dije que me parecía que no servía de mucho para lo que a mi me interesa: el intercambio de ideas. El me contestó que "no se trata acaso tanto de que la gente conteste y pueda entablarse un diálogo, sino de que se divulguen tus ideas". Me dijo: "Hay muchos, que seguimos el blog, y nos gustaría conocer lo que alguien como tú tenga que decir sobre lo que está sucediendo. Nos sirve de mucho."
Creyendo menos que él que mis modestas conjeturas puedan servirle a alguien, voy a seguir su consejo. Pero lo primero que me viene a la cabeza es que sobre lo que está pasando apenas tengo claras las ideas, y mucho menos ninguna respuesta, ninguna orientación. Sólo preguntas , que me gustaría que alguien me aclarase:
Por ejemplo, entre otras:
¿Por qué debilitar más aún el consumo achicando sueldos y aumentando brutalmente los impuestos, cuando lo que necesitamos es que la sociedad pueda disponer libremente de su dinero? ¿Y por qué ese camino desafortunado mientras se mantienen subvenciones inútiles y perversas a partidos políticos, sindicatos, ONGS, inverosímiles cooperaciones exteriores y el cáncer de las empresas públicas; y qué decir del despilfarro autonómico, para que una mafia indocumentada y cerril  saque la barriga y llene su bolsa creyéndose superior  y encima con nuestro dinero; y los mil festejos en que chapotean los ayuntamientos, etc?
Supongo que sólo después de haber acabado hasta con el último céntimo de gasto en todo esa farándula, podría, y en  situación siempre de absoluta quiebra nacional, exigir un gobierno medidas extraordinarias y por supuesto temporales, como una economía de guerra.
Si ya gran parte de la sociedad está siendo consciente de la imposibilidad de las Autonomías, ¿por qué no empezar su desmantelamiento estableciendo las leyes necesarias, y volver a convertir España - mientras haya naciones - en una nación habitable y factible?. La verdadera descentralización debe estar en los municipios, no en un tinglado incontrolable que un buen día se sacaron de la manga unos incompetentes con el fin de facilitarse su poder.
¿Por qué darle dinero a los Bancos y Cajas para lo que  llaman su recapitalización, que no es más que encubrimiento de la vileza de su gestión? ¿Porqué no dejar hundirse la Caja que sea o el Banco que sea, responsabilizándose el Estado de entrada ( ya que lo recuperaría después ) de los depósitos que no fueran de riesgo; juzgando a los culpables del desmán y haciéndoles responder con sus propios bienes y personas, penalmente, así como a todos los políticos y sindicalistas que hayan presionado para la concesión de créditos que jamás hubiera prestado un verdadero Banco; clausurar esas entidades y ponerlas en venta, que siempre habría algún Banco de otro país que se interesara por su compra, que revertería al Estado para su responsabilidad sobre los depositarios?
Y ya que hablamos de juzgar a los responsables: ¿No hay forma de proceder contra Presidentes de Gobierno y ministros culpables del desastre?
También me pregunto, puesto que no precisamos solamente de una "recuperación" económica, sino moral: ¿Y la investigación de verdad, a fondo, sin fisuras, de lo que realmente sucedió el 11 de Marzo de 2004? ¿Y tantos otros atentados contra el Estado de Derecho como el llamado caso Faisán, etc, o cuanto quede pendiente o por descubrir de financiaciones de partidos,  malversaciones del dinero público, sean del partido que sean y caiga quien caiga?
Son preguntas que me hago. Si alguien tiene respuestas, las escucharía con mucho agrado.

martes, 5 de junio de 2012

DISIDENCIAS II


Desafortunadamente, como Borges decía, acaso falta mucho tiempo para que merezcamos no tener gobiernos. De momento parece que el invento, para nuestro mal, tíene larga vida.
Pero eso no implica infamemente que no puedan mitigarse sus perversiones y su coste.
Imagino que una Presidencia bicéfala limitaría los perjuicios derivados de delirios individuales, por muy cercados que estos estuvieran por la Ley. Porque por encima de todo cuanto pueda yo exponer ahora, sueño con la Ley. Esto es: un Gobierno de las leyes y no de los hombres.
¿ Y no sería caritativo que la Presidencia no durase más de dos años?. Yo añadiría la precisión de unos mínimos de edad ( pueden ser los cincuenta años) en los aspirantes. Aspirantes que como meros gestores del Poder dentro de un abanico de posibilidades con fronteras establecidas por la Constitución - la más importante: que ni siquiera una mayoría pudiera permitir adoptar leyes fuera de esos lindes - vendrían a ser, para entendernos, como los presidentes de una comunidad de vecinos. Podemos imaginar qué barato resultaría la escasa servidumbre y servicios de seguridad de dicha Presidencia; y si algún indignado atentase contra ella, al día siguiente, otro en la lista lo substituiría. Total, para limitarse a firmar...
Las campañas electorales no precisarían de un céntimo de gasto. Es absurdo actuar en el siglo XXI como cuando no existían ni radios ni televisiones ni internet, etc. Así, bastaría con que cada aspirante dispusiera del mismo tiempo para dirigirse a la sociedad y exponer su programa (siempre sin leerlo). Este programa debería explicar las reformas que el pretendiente imaginara, pero valorando su cuantía y los medios de que se valdría para cumplir dichas promesas. Obvio decir, que, elegido, cualquier alteración de ese programa sería causa suficiente para la destitución del Presidente por el Tribunal Supremo.
El mismo sistema vale para alcaldes y diputados.
Todo el aparato de la Administración, hasta el nivel de Subsecretarios y Directores Generales, sería cubierto por un funcionariado de carrera. Los Ministros - no creo que se precisen más de seis: Hacienda, Justicia, Fuerzas Armadas,Seguridad (o Gobernación), Intervención del Estado (donde podría incluirse  Conservación del Patrimonio Nacional en aquellos tramos que no pudiera cubrir la iniciativa privada) y Asuntos Exteriores - y los pocos altos cargos adscritos a Presidencia, serían de libre designación y por el mismo periodo de dos años. Solamente las Fuerzas Armadas, las fuerzas de Seguridad, Cuerpo Diplomático (menos el Embajador) y la Judicatura deberían quedar fuera de esa demarcación temporal.
Para más detalle de estas lucubraciones remito al libro de Conversaciones en París, mantenidas conmigo por mi amigo el poeta Alfredo Rodriguez, de próxima publicación en Editorial Renacimiento y que ahora puede encontrarse y bajarse en mi web: www.josemaria-alvarez.com

De  todas formas, lo que digo no creo que tenga por el momento la más pequeña posibilidad de realizarse. La destrucción de la Democracia verdadera y de las libertades fundamentales del ser humano, ha sido y es tan absoluta, tan implacable; el arrasamiento de todo intento de modificar las actuales estructuras de Poder por los pocos que son conscientes del Horror y el entumecimiento de la mayoría narcotizada por la ficción del Bienestar y la desesperanza, es tan profundo, que - como ya he dicho - la sociedad sólo despertará con la Hecatombe. O acaso, ni siquiera despertará, sino que alcanzaremos la esclavitud voluntaria y la aceptación de la muerte del individualismo y la miseria del pensamiento "Único", con una atemorizada complacencia.
Por lo tanto, yo no propongo nada; me limito a expresar mi inquietud y algunas formas de vivir que me parecen razonables. Que sean - o parezcan - imposibles, no quiere decir que no debamos TENDER a ello. Mientras tanto, me limitaré a apoyar todo lo que signifique una disminución del poder del Estado. Puede que poco a poco...

domingo, 3 de junio de 2012

DISIDENCIAS I


No sé qué interés puede tener lo que yo opine sobre temas extremadamente complejos como, por ejemplo, LOS IMPUESTOS.
Primero, porque cuanto yo pueda decir no son más que conjeturas - aunque bien es verdad que bastante comprobado su resultado por el discurso de la Historia - a las que me han llevado muchos de mis maestros, desde Hume. Hayek, pasando por Madison o Humboldt, Lord Acton, Jouvenel, von Mises y desde luego las memorables páginas de la Rochefoucault, Guicciardini, Saint-Simon y un largo etc donde entrarían sin duda Mill y Kant, Montesquieu o Huizinga, Cicerón o Tocqueville - y sin duda mi particular experiencia y mis reflexiones sobre lo que he ido viendo y confirmando a lo largo de mi vida.
Segundo: Porque tal como va la Historia y la profundidad ya de las raíces de ese inmenso y monstruoso error sobre el que se ha edificado la sociedad donde nos movemos y su conformismo con la iniquidad, conprenderéis perfectamente que lo que yo pienso no tiene ninguna posibilidad de realizarse. O muy lejana: después de la hecatombe.
De todas formas, por si a alguien le sirve, no tengo inconveniente en exponeros - aunque os advierto que son muy pocas conclusiones - lo que considero sobre tema tan vejatorio como son los Impuestos:
1º.- De ser necesario mas dinero ( siempre que se justifique plenamente) ha de buscarse en impuestos indirectos.
2º.- Los directos - lo que conocemos como Renta -, muy moderados; sólo exigibles a partir de ingresos considerables y con una imposición máxima inferior al 25 %.
3º. - Supresión absoluta de lo que conocemos como IBI, declaración de Patrimonio, impuestos sobre sociedades y Transmisiones Hereditarias. Sobre todo el lBI y el impuesto sobre Transmisiones son los más abyectos actos de depredación y humillación de nuestros derechos que puede llevar a cabo el Estado.
No me cansaré de repetirlo: Salvo para aquellas necesidades que han de ser cubiertas por el dinero público - Ejercito y fuerzas de seguridad, Justicia, ciertas obras de interés nacional y un funcionariado muy reducido del que formaría parte el Gobierno- donde debe estar el dinero es en el bolsilllo de los ciudadanos.
También he visto que hay otros asuntos sobre los que sentís interés en mi opinión, como la forma de gobierno, elecciones, etc. Eso, si os parece, lo iremos tratando más adelante.

sábado, 2 de junio de 2012

RÉPLICA AL MANGONEO



Alguna vez leí que cuando la gran inflación - es uno de los muchos nombres con que se conoce la rapacidad de los Estados - en Austria, iban paseando el Ministro de Hacienda y mi maestro Ludwig von Mises y el primero se lamentaba de la situación y, atribulado por su incapacidad de hacerle frente al desastre, no cesaba de exclamar: " ¿Y dígame usted, qué hacer ?" Pasaban en ese momento de su callejeo junto al edificio donde se fabricaba el papel moneda, y von Mises, señalándole al Ministro aquellas paredes tras las que se escuchaba el estrépito de la maquinaria emisora de millones y millones de billetes, se limitó a decirle: "¿Oye usted ese ruido? iPues párelo!".
Supongo que ante la inmensa mayoría de falsedades, turbias conjuras, ineptitud, vileza y desvergüenza con que a cada minuto buscan asustarnos y desmoralizarnos, para poder robarnos mejor, casi todos los que forman esa despreciable casta que se llama  "el Poder", no vendrían mál aquellas lúcidas palabras de von Mises: ¡PÁRELO!

viernes, 1 de junio de 2012

RESPUESTA A AMI


Querida Ami, tienes razón. Yo nunca me he movido por estas telarañas de "la red" . Y si empecé el blog fue pensando en la posibilidad de conversar con amigos de muchos lugares. Lo que sí he tenido siempre muy claro, es que usemos el medio que usemos, debe tener un fin que no es otro que hacernos más inteligentes y más cultos mediante el intercambio de ideas, sugerencias, en una palabra: argumentar. Internet ha puesto en nuestras manos un instrumento por encima de censuras, tanto "oficiales" como las - y esto es más triste - personales, movidas por el miedo a disentir de esa aberración que es el pensamiento correcto, a distinguirse de la manada obediente y sometida. Internet nos permite discutir y hablar con gente de todo el mundo con absoluta libertad. Y por lo que veo nos limitamos a contar si lo hemos pasado bien esta tarde, si la fabada estaba en su punto o si estoy guapo en esta foto que me hicieron en unas vacaciones. La verdad, esto no me interesa. Tenemos la posibilidad de recomendarnos libros, discutir sobre ellos, expresar lo que pensamos sobre esto y aquello y someterlo a lo que piensan otras personas, y entre todos constituir lo que en otros tiempos pudieron ser tertulias o noches de apasionada polémica. Esto es: ser libres. ¿Por qué entonces este desperdicio?