sábado, 2 de junio de 2012

RÉPLICA AL MANGONEO



Alguna vez leí que cuando la gran inflación - es uno de los muchos nombres con que se conoce la rapacidad de los Estados - en Austria, iban paseando el Ministro de Hacienda y mi maestro Ludwig von Mises y el primero se lamentaba de la situación y, atribulado por su incapacidad de hacerle frente al desastre, no cesaba de exclamar: " ¿Y dígame usted, qué hacer ?" Pasaban en ese momento de su callejeo junto al edificio donde se fabricaba el papel moneda, y von Mises, señalándole al Ministro aquellas paredes tras las que se escuchaba el estrépito de la maquinaria emisora de millones y millones de billetes, se limitó a decirle: "¿Oye usted ese ruido? iPues párelo!".
Supongo que ante la inmensa mayoría de falsedades, turbias conjuras, ineptitud, vileza y desvergüenza con que a cada minuto buscan asustarnos y desmoralizarnos, para poder robarnos mejor, casi todos los que forman esa despreciable casta que se llama  "el Poder", no vendrían mál aquellas lúcidas palabras de von Mises: ¡PÁRELO!

1 comentario:

  1. Estoy viendo ésto: http://www.youtube.com/watch?feature=endscreen&v=p4rlTUuTWZY&NR=1

    Quizá se podrían sustituir los bancos centrales -el intervencionismo de los estados en el mercado financiero- por una ley que exigiese a los prestamistas operar contando con un coeficiente de caja del 100 %.

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