domingo, 11 de noviembre de 2012

SOBRE ASESINOS EN SERIE II


Una de las observación mías que parece chocar - chirriar, vamos - sobre todo a los jóvenes, es el desprecio que siento por un tipejo como Ernesto "Che" Guevara, famoso Asesino en Serie, asolador de cuanto se le puso por delante y uno de los canallas más crueles - su vileza alcanza la demencia - que haya ensangrentado el siglo XX y nuestra memoria ( porque algunos tenemos Memoria).
Yo sé que lo que pueda contar frente a la inmensa, omnímoda y muy inteligente propaganda de la Izquierda puesta al servicio de esa "leyenda", acaso poco tenga que hacer. Pero dejadme - os hablo a vosotros, los jóvenes (a los "maduros" , no; porque esos sí sabían y saben lo que en realidad fue este siniestro ejemplar del Crimen Organizado Políticamente) - , aunque no sea más que por la repugnancia y la furia que me invade cada vez que veo uno de vuestros hermosos cuerpos cubierto por una camiseta donde campea este malvado.
Porque ¿cómo han podido convertir vuestras cabezas en escoria, para que podáis aceptar orgullosos esa monstruosidad?
Debéis saber que cuando ostentáis esa efigie, estáis sirviendo - sin saberlo - a la manipulación des -informadora que toda esa gentuza (Lenin, Stalin, Beria, el KGB y la "intelligensia" a sus órdenes, Mao, etcetcetc) decretó para sumar tontos útiles, desdichados comparsas ignorantes, a sus intereses.  Debéis saber que cuando lleváis esa camiseta, estáis exhibiendo el rostro de alguien que ordenó la tortura y el fusilamiento de màs de 500 seres humanos sólo por enemistad política - y hablo del principio,  de los que él personalmente seleccionó en cuanto llegó al Poder; torturas y ejecuciones que presenciaba con gusto en primera fila. Cuantitativamente es poco en comparación con sus maestros comunistas, o los del otro lado, como Hitler y compañía, pero es la misma alma envilecida. Debéis saber que disfrutó tanto con ese ser de asesino en serie que os digo, que hasta el mismo Fidel Castro, otro criminal sin conciencia, procuró apartarlo de su afán inquisitorial ocupándolo con la dirección de la Economía cubana, con lo que a los asesinatos de personas pudo añadir el de una nación a la que condenó al hambre que aún perdura. El "Che" llegó a hacerse tan peligroso hasta para sus camaradas, que Castro, bajo órdenes de Moscú, facilitó su eliminación por el ejército boliviano.
De verdad, ¿no tenéis motivos más hermosos, más representativos de lo que sentís, menos abyectos  que esa vindicación execrable?

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