domingo, 29 de julio de 2012

VARIACIONES III



Hoy, hablando con una amiga, de las que se están pasando (cada día hay más) al bando digamos antiárabe - y por supuesto con sobrados motivos, pues desde nuestra forma de vivir Occidental, hay muchas prohibiciones que se nos hacen no sólo insoportables sino sin duda perversas y en absoluto permisibles,mi amiga se olvidaba de dos cosas:  No todos los árabes aprueban esas siniestras costumbres; el mundo Arabe (si eso existe, pues en realidad hay casi tantos mundos árabes como árabes) hubiera evolucionado más rápidamente hacia comportamientos sociables aceptables, de no ser precisamente por Occidente que no ha cesado de meter la pata desde hace mucho, de abandonar a quienes luchaban en ese mundo por cambios honorables y de ayudar precisamente a las bestias de la intransigencia religiosa y política.
Mi amiga derivó el tema hacia una práctica - no sólo islámica, sino incluso mucho más extendida en otras creencias - abominable: la ablación del clítoris.
Imagino que no me ha creído cuando yo le aseguraba que esa monstruosidad (que debería conducir a la cárcel no menos de veinte años a sus perpetradores) fue de uso aceptado en nuestra civilizada Europa, y en  EE.UU. y en otros muchos lugares, hasta ya entrado el siglo XX, y por causas peores que un ponzoñoso credo: por decisiones médicas psiquiátricas en un intento abyecto de evitar el placer sexual masturbatorio en niñas y adolescentes. Cuando hoy juzgamos la lamentable deriva de las naciones árabes hacia gobiernos integristas, ¿porqué nos olvidamos de que si el pueblo les vota - y aquí ya partimos del error fatal de improvisar democracias sin la evolución que puede llevar a ellas ( y sin reflexionar en si verdaderamente en su estado actual nuestras democracias son un ejemplo a seguir) - es porque carentes de casi todo, sólo en las organizaciones que representan ese Integrísimo encuentran ayuda económica, alimentos, asistencia médica, etc,etc? No. El camino será muy largo y todos nos veremos enfrentados a problemas de muy difícil solución. Pero no olvidemos lo brutales y fanáticos que nosotros, occidentales orgullosos, hemos sido, y que hemos ido curándonos.

1 comentario:

  1. Quizas por que acabo de terminar de leer Rojo y Negro, y siga en ese fantastico estado de trance en el que algunos libros son capaces de imbuirnos, voy un poco mas lejos de tu razonamiento.

    Creo que es un hecho inegable, que una gran parte del mundo arabe (sorprendentemente mas en esos paises que lo adoptaron despues) se ha quedado atrapado en un medievalismo que asusta. Pero como bien dices nos creemos padres de una unica verdad. Miramos hacia el resto de culturas como si nosotros ya hubieramos llegado al sumun cultural que una sociedad pueda aspirar. Ni siquiera somos conscientes de todo lo bueno que perdimos por el camino.

    Despues de haberme recreado en ese mundo "Stendeliano" de principios del siglo XIX, veo casi mas diferencias entre esa sociedad francesa y nuestro flematico siglo XXI, que de lo que estamos oriente y occidente.

    El mundo evoluciona. Culturas surgen y culturas mueren. Nuestra sociedad, no es mas que el triste resultado de epocas igual o mas gloriosas que la nuestra.

    Saludos desde China.

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