Menos mal que estaba sentado bebiendo un café con cognac y que sin duda la contemplación de Notre Dame fortalece mucho el ánimo, porque de pronto me entero de que el Ayuntamiento de Madrid ha aprobado dedicar una calle a honrar la memoria de aquel stalinista-transformista-y-lo-que-fuera-preciso-ser que, ¡por fin! , la Muerte - vieja comadre suya por toda la carne que le había proporcionado, tanto personalmente como por delaciones - se ha llevado a los Infiernos (lástima no creer en ello).
Esto es lo que hubiera escrito uno de esos anticomunistas "de la sangre". Yo, teniendo en cuenta todo lo que tan esforzado y respetable español ha sufrido por España - lloré de emoción viendo a la Corona inclinarse ante su cuerpo presente y la comitiva vomitoria que sin distinción de Partido o sensibilidad, solemnizaban el tanatorio (o lo que fuese) con su memorable presencia - no puedo por menos que pedir "Un poco más".
Por todo eso - y "aquello" - , por su excelsa ejecutoría, creo que una calle en Madrid, aunque sea magnífica - aunque se bautizará la salida de Madrid como Gran Avenida hacia la Matanza de Paracuellos - me parece poco. Lo que una gloria nacional como Carrillo se merece es, en el propio Paracuellos, convertir las fosas en Parque temático bajo un gran letrero, en todas las lenguas peninsulares, incluido el panocho, y alguna extranjera importante ( no hay que olvidar el turismo ), que anuncié: EN HOMENAJE A D. SANTIAGO CARRILLO DUQUE DE - aquí lo que el Borbón haya estimado oportuno, pero "Duque de STALIN" no me desagrada - OFRENDA DE SUS ASESINADOS.
Querido José María,
ResponderEliminarYo creo que no percibes las intenciones reales de este homenaje. De parte del Ayuntamiento de Madrid no es un homenaje al hombre, ni a sus ideas, sino un homenaje a la democracia, una forma de decir: a este hombre, que representó y encarnó las ideas y las ilusiones de parte de los españoles, aceptando por fin el juego democrático, e incluso la corona, ––lo que le hace de él un estalinista arrepentido, aunque el arrepentimiento fue meramente pragmático –, le queremos recordar, dándole el nombre de una calle, y asimismo, nos homenajeamos a nosotros mismos por habernos sentado en las cortes al lado del que estuvo metido en la masacre de Paracuellos del Jarama. O ¿No es así?